¿Realmente la diversidad es algo nuevo? o ¿sólo le hemos puesto una palabra bonita a lo que ya existía y era uno de nuestros temas pendientes?
Rodeados de modas: ¿la diversidad también?
Estamos rodeados de modas. Uno no sabe si es que el ser humano necesita de las modas para hacer notar su existencia, si lo de la moda, al fin y al cabo, viene bien para que se hable de algo o siendo mal pensado, que algo se lleva porque reputacionalmente da caché.
El otro día invitamos a clase del Programa Empresa de Fundacion Prodis a Alfredo García, barítono profesional, para que diera testimonio de su vocación, trayectoria, esfuerzo, trabajo, su aceptación y sus logros. Le escuchamos decir “soy ecológico porque no necesito energía eléctrica para que se escuche mi voz”. Hasta se arrancó espontáneamente y cantó a pulmón, con la potencia de sus cuerdas vocales. Fuera de broma, esa frase suya me hizo pensar. ¿Cuántas cosas podrían y deberían ser naturales en este mundo y hemos “adulterado”, “edulcorado” o “pervertido” con modas y aditamentos?
Lo que debería ser normal
¿No debería ser algo ordinario que una persona con discapacidad intelectual, sensorial o física tuviera una vida normal, un trabajo normal donde realizarse, un plan de carrera y una progresión normal? ( Más allá de algunas facilidades que por su condición requiere). Y pensé en la mirada de un niño. Los niños no entienden de juicios o valoraciones. Les da lo mismo jugar con otros niños que tienen una discapacidad. Y es que NO LA VEN. Siguiendo con el ejemplo de la naturalidad y el barítono, para los niños el cantante canta sin micro, a pleno pulmón, está contento cuando lo hace, tiene un chorro de voz y se hace escuchar. Y eso es lo que cuenta.
Y ¿qué nos pasa para que cuando nos hacemos adultos veamos todos los posibles defectos o extrañezas en los demás?
¿ qué narices perdimos en ese camino hacia la adultez? No perdimos nada; ganamos juicios, creencias, limitaciones ancladas cultural y socialmente con respecto a «los otros». Compramos todos los estereotipos en el supermercado de la adolescencia o nos los regalaron en casa, y los tatuamos en nuestro cerebro. Y ahí se han quedado… y ahora, muchos años después, los que hoy dirigimos empresas, intentamos mostrar “cierta sensibilidad” hacia la discapacidad; aunque sólo sea, porque está de moda o hay un día al año (3 de diciembre) que se «celebra» el día de la discapacidad.
La buena noticia es que esto tiene remedio
Lo que nos ayuda es el cambio de mirada; la vuelta a la mirada del niño. Especialmente en las empresas. Y valorar más el lingote de oro hecho persona que nos ha tocado en nuestra empresa. Que en nuestro departamento nos ha caído el gordo de la lotería de Navidad con la incorporación de una chavala “con síndrome de down”; o cualquier otro síndrome, disfunción… que suponga, contar con un profesional de “altas capacidades emocionales”. Os lo puedo asegurar. Comprobadlo vosotros mismos. Echad un vistazo a las experiencias de algunas fundaciones con las empresas y la empleabilidad de estos jóvenes. Os aseguro que después de un trimestre, ese departamento se vuelve más amable, más cercano, más humano, más risueño. Y ¿por qué? Pues porque si algo tienen es humanidad, vulnerabilidad, sensibilidad, ausencia de filtros, mucho sentido del humor y eso es lo que hace falta en las empresas de hoy en día.
Y si no te lo crees….
Sé egoísta; sé consciente de que la diversidad es una palanca de competitividad, reputación y marca. Aunque sólo sea por moda, presume de plantilla diversa. No veas la discapacidad en la plantilla como un problema sino como una solución y una diferenciación. Además, te animo a presumir de combinar una plantilla de entre 40 y 60 y tantos años (más conservadora con valores como confianza, credibilidad, nivel de servicio y calidad, empatía) con una plantilla joven ( más innovadora, con valores sociales, de mente abierta, agilidad, dinamismo, libertad, flexibilidad ). Entonces vas a ser diverso «a tope».
Y realiza una gran labor didáctica y un esfuerzo real en desarrollar todos los perfiles, en comunicarlo y sacarle brillo. Grítalo a los cuatro vientos: en mi empresa estamos COMPROMETIDOS CON LA DIVERSIDAD. Transmite los valores con un tono de DIVERSIDAD y vincúlalo a la fortaleza de tus productos, tus servicios, tus clientes e incluso a partners como YUcoach ; que apoyamos diseñando y realizando programas para el desarrollo de competencias y la empleabilidad de jóvenes con discapacidades y superdotados emocionales ( sí, lo confesamos: lo hacemos por puro egoísmo). Hasta puedes realizar un patrocinio para la empleabilidad y la mejora de competencias profesionales para un programa de una fundación (hay un montón y muy buenos).
Quizás cuando hagas todo eso, llegues a la esencia de la diversidad: reconocer que la única discapacidad es la que tienes tú. Y no pasa nada. El día que yo lo reconocí, empecé a ser más feliz. Y por favor, cuéntanoslo para que sintamos que cada día somos más.
(*) Dedicado a Rodrigo, Roberto, María, Eva, Hugo, Silvia, David, Alberto, Raquel, JuanMa, Raúl, Idoia, Jimena, Lidia, Enrique, Alejandro, Javier, Patricia, Isaac y todos los jóvenes que luchan por cumplir su objetivo de lograr un trabajo estable donde desarrollar todas sus capacidades.
2 comentarios
Nos ha emocionado mucho tú mensaje y tienes toda la razón, a veces las cosas se ven de otra manera solo por cambiarles el nombre.
Desde luego que son lingotes de oro, pero hay que pulirlos todos los días.
Un beso y disfruta este puente.
Muy buena puntualización, Rosa! Aunque pulido, necesitamos todos. 🙂 Gracias por seguirnos!